Los olivos pueden ayudar a combatir el cambio climático
En una conferencia de tres días, el Consejo Oleícola Internacional destacó el papel que puede desempeñar el cultivo del olivo en los esfuerzos por alcanzar las emisiones netas cero globales.
Stara Maslina en Budva, Montenegro
Por Ofeoritse Daibo
De OLIVE OIL TIMES
Los olivos podrían ser una herramienta crucial para combatir el cambio climático.
Aun así, el Consejo Oleícola Internacional (COI) ha reunido evidencia que sugiere precisamente eso.
Expertos, incluidos científicos, agricultores, empresas privadas y responsables políticos de 30 países, se reunieron en Madrid a mediados de octubre para discutir el papel de los olivares en la lucha contra el cambio climático.
“El comportamiento natural del olivo es capturar dióxido de carbono en la atmósfera, absorberlo y luego almacenarlo primero en la biomasa y finalmente, en el suelo de forma permanente”, dijo Juan Antonio Polo Palomino, jefe del departamento de tecnología y medio ambiente del aceite de oliva del COI. Olive Oil Times.
Como resultado, los olivares sirven como importantes sumideros de carbono. Según datos del COI, los olivares que abarcan 10,5 millones de hectáreas en todo el mundo pueden eliminar potencialmente 47 millones de toneladas de dióxido de carbono de la atmósfera al año.
“Por lo tanto, teniendo en cuenta el ciclo de vida total del aceite de oliva, se puede afirmar que la producción de un kilogramo de aceite de oliva elimina 10 kilogramos de dióxido de carbono de la atmósfera”, concluyó el COI en un estudio de 2017.
El aceite de oliva ya es apreciado en todo el mundo por su sabor y sus propiedades nutricionales. Su impacto positivo añadido en el medio ambiente podría hacer que el sector sea aún más atractivo para los consumidores.
Sin embargo, pocos conocen el impacto ambiental positivo de este cultivo. “Hay que concienciar a los consumidores de que el aceite de oliva es una grasa saludable y la más respetuosa con el medio ambiente, fomentando un consumo sostenible y respetuoso con el medio ambiente”, afirma Polo Palomino.
La idea de que el olivo podría ser una herramienta crucial para combatir el cambio climático puede parecer descabellada. Sin embargo, el Consejo Oleícola Internacional (COI) ha reunido evidencia que sugiere precisamente eso.
Más de 300 expertos, incluidos científicos, agricultores, empresas privadas y responsables políticos de 30 países, se reunieron en Madrid a mediados de octubre para discutir el papel de los olivares en la lucha contra el cambio climático.
El comportamiento natural del olivo es capturar dióxido de carbono en la atmósfera, absorberlo y luego almacenarlo primero en la biomasa y finalmente, en el suelo de forma permanente. – Juan Antonio Polo Palomino, departamento de tecnología y medio ambiente del COI
Jaime Lillo, director ejecutivo adjunto del COI que asumirá el mando de la organización intergubernamental en 2024, dijo a los asistentes el primer día que el desarrollo del papel de los olivares como una potente herramienta para mitigar los impactos del cambio climático será un enfoque central del COI durante su mandato.
“El comportamiento natural del olivo es capturar dióxido de carbono en la atmósfera, absorberlo y luego almacenarlo, primero en la biomasa y, finalmente, en el suelo de forma permanente”. El aceite de oliva es un producto que se almacena primero en la biomasa y, finalmente, en el suelo de forma permanente”, explicó a Olive Oil Times Juan Antonio Polo Palomino, responsable del departamento de tecnología y medio ambiente del aceite de oliva del COI.
Como resultado, los olivares sirven como importantes sumideros de carbono. Según datos del COI, los olivares que abarcan 10,5 millones de hectáreas en todo el mundo pueden eliminar potencialmente 47 millones de toneladas de dióxido de carbono de la atmósfera al año.
“Por lo tanto, teniendo en cuenta el ciclo de vida total del aceite de oliva, se puede afirmar que la producción de un kilogramo de aceite de oliva elimina 10 kilogramos de dióxido de carbono de la atmósfera”, concluyó el COI en un estudio de 2017.
El aceite de oliva ya es apreciado en todo el mundo por su sabor y sus propiedades nutricionales. Su impacto positivo añadido en el medio ambiente podría hacer que el sector sea aún más atractivo para los consumidores.
Sin embargo, pocos conocen el impacto ambiental positivo del cultivo. “Hay que concienciar a los consumidores de que el aceite de oliva es una grasa saludable y la más respetuosa con el medio ambiente, promoviendo un consumo sostenible y respetuoso con el medio ambiente”, afirmó Polo Palomino. Los expertos que participaron en el taller han programado sus conclusiones para que coincidan con el marco de la Comisión Europea para los mercados voluntarios de créditos de carbono, que se basa en tres tipos de absorciones de carbono: almacenamiento de carbono en productos y materiales duraderos, almacenamiento permanente de carbono y agricultura de carbono. Según Polo Palomino, los expertos del COI han demostrado que el olivo, que se incluye en el tercer pilar de la Comisión Europea de absorciones de carbono, es un sumidero de carbono, y están dispuestos a trabajar junto con la comisión para garantizar que el marco reconozca el papel fundamental del sector del aceite de oliva. Además, “podemos mejorar la capacidad natural del olivo para eliminar carbono de la atmósfera completándola con prácticas agrícolas sostenibles”, afirmó. Según Polo Palomino, los agricultores pueden implementar prácticas de recogida de residuos y compostaje.“Añadir materia orgánica como hojas y residuos de poda al olivar mejoraría la estructura física del suelo y los componentes minerales”, dijo. “Además, habría otros efectos secundarios beneficiosos para la salud del suelo”.
“Por ejemplo, mientras que la capacidad natural del olivo para absorber carbono funcionaría, aumentar la materia orgánica en el suelo mejora su capacidad para retener la humedad, haciendo que requiera menos agua y riego”, añadió Polo Palomino.
“No solo obtendrían ingresos por la venta de aceite de oliva, sino que también, dado el impacto positivo en el medio ambiente, podrían beneficiarse de la venta de créditos de carbono en el mercado voluntario de créditos de carbono”, dijo Polo Palomino.
“El olivar debe ser visto como un guardián de un bosque y, por lo tanto, este ingreso adicional de los créditos de carbono puede reconocer económicamente este importante papel”, añadió.
Sin embargo, el sector del olivo aún no forma parte de la taxonomía de la UE para la inversión sostenible y, por lo tanto, no califica para el mercado voluntario de créditos de carbono. El COI y los expertos están trabajando para conseguir el reconocimiento del sector.
Fuentes citadas: